Glosopirosis (SBA)
Posted on 23/05/2010
by otorrinos2do
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Conocido también como Síndrome de Boca Ardiente (SBA).
Los trastornos sensitivo-dolorosos originados en la cavidad oral pueden
conducir a alteraciones del estado de bienestar personal, provocando
interacciones psicosociales y de la salud general. La relación se fundamenta en
el principio de que la cavidad oral no sólo es nuestra vía de alimentación y de
comunicación, sino también una zona primaria de placer y muchas veces
refleja la presencia de alteraciones sistémicas y somatizaciones psicológicas.
Aunque no sea obvia o apreciada, esta relación puede influir de forma
significativa en la percepción de calidad de vida por parte del paciente. Bajo
esta perspectiva se encuentran especialmente las personas que padecen el
síndrome de boca ardiente.
El síndrome de boca ardiente es una patología compleja, que se caracteriza
por la manifestación de síntomas de quemazón, escozor, ardor, picor o dolor en
la cavidad bucal y labios, estando la mucosa clínicamente normal. Ha
sido definida como una alteración neuropática mantenida por factores
predisponentes relacionados con enfermedades sistémicas, factores locales y
estados psicológicos. En sí misma no constituye una entidad nosológica
definida y es referida bajo muchas denominaciones, como glosodinia,
glosopirosis, estomatodinia, estomatopirosis, disestesia oral y síndrome de
boca ardiente.
Su etiología es desconocida; sin embargo, se sugieren múltiples factores de
origen local, sistémicos y psicológicos como posibles agentes etiológicos. A
menudo la interacción de estos factores es compleja y no se sabe si son éstos
los que originan los síntomas, o bien son los síntomas los que determinan el
perfil característico de los pacientes con este tipo de trastornos.
En muchos casos, el SBA afecta principalmente a personas de mediana y
avanzada edad, con una edad media de aproximadamente 62 años, y nunca ha
sido citado en niños. Se presenta con mayor prevalencia en mujeres, con una
proporción respecto a varones de 7:1, pero en muchos estudios se
observa una amplia variación, que va desde 3:1 hasta 16:1. Presenta un
curso evolutivo crónico y la magnitud de los síntomas provocados puede variar
de una molestia ligera a la interrupción completa de la función. Los síntomas
son de carácter persistente, siendo difícil el manejo del paciente, aunque en
algunos casos puede haber remisión espontánea.
El término glosodinia fue introducido por Kaposi en 1885,
como un término genérico para definir cualquier dolor lingual. Posteriormente
Verneuil distinguió la sensación de quemazón y ardor bucal de otros dolores
linguales. Con todo, se siguieron realizando estudios basados en los
síntomas de quemazón o ardor de boca como un síntoma que puede
manifestarse ante la presencia de diversas lesiones como liquen plano oral,
lengua geográfica o candidiasis bucal.
En la década de los 80 se enfatizó la ausencia de signos clínicos como una
característica propia de la alteración y se introdujo el término “síndrome de la
boca ardiente,” para definir una entidad clínica distinta, en la que la principal
característica es un trastorno sensitivo-doloroso de la cavidad oral, que se
manifiesta sobre todo por quemazón o ardor, en presencia de una mucosa oral
clínicamente normal.
Para algunos autores la entidad reúne un conjunto de síntomas característicos
que componen un verdadero síndrome. Sin embargo, y pese a todo intento
de establecer diferencias y distinguir el síndrome de la boca ardiente como una
entidad clínica específica, otros autores siguen empleando la expresión de
boca ardiente o la sensación ardiente sin cuestionar la definición exacta o
plantear criterios de diagnóstico diferencial.
El síndrome de boca ardiente es relativamente frecuente y de gran interés para
el profesional, por las molestias que puede causar al paciente. Frecuentemente
no es reconocido por el profesional, a menudo no es diagnosticado y, si lo es,
suele estar mal tratado. Aunque se ha investigado bastante, su etiología y
patogenia permanecen desconocidas y, por tanto, sigue siendo un campo
abierto para investigaciones, sobre todo en lo que se refiere a factores
etiológicos y tratamiento del paciente.
El ácido gamma aminobutírico es un neurotransmisor inhibidor primario del cerebro, es capaz de aumentar la inhibición neural y con ello disminuir la sensación de quemadura en la cavidad oral.
El clonazepam y la gabapentina han demostrado ser de utilidad en el tratamiento de esta enfermedad.
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